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Aprende a practicar yoga desde Ahimsa: La clave para una experiencia transformadora.

Foto del escritor: Héctor MendozaHéctor Mendoza
Una mujer enojada practicado yoga.

¿Estás practicando yoga de forma violenta? ¿Quieres saber cómo llevar tu práctica al



siguiente nivel? Lee hasta el final de este blog para descubrir si practicas de forma violenta. 


La respuesta para una práctica compasiva está en Ahimsa, que como ya sabrás por nuestro anterior blog post dedicado a este tema, es un principio fundamental del yoga que se refiere a la no violencia y el respeto a toda vida.



¿Qué significa practicar Ahimsa en el yoga?

Ahimsa trata de cultivar una actitud de compasión, amabilidad y respeto hacia todos los seres, incluidos nosotros. Cuando practicamos yoga puede verse de estas maneras:


  • Escucha tu cuerpo: Respeta tus límites. Esfuérzate pero recuerda sentir para evitar riesgos innecesarios. 

  • Ten paciencia: Enfócate en tu proceso, no te compares con los demás.

  • Acepta tu cuerpo: Agradece todo lo que te permite hacer.

  • Practica con una actitud positiva: En este proceso la crítica no es tu amiga, déjala de lado, tanto la propia como hacia los demás. 



¿Cómo aplicar Ahimsa en tu práctica de yoga?

Aquí te comparto algunos consejos prácticos que pueden ayudar a desarrollar la actitud no violenta en tu práctica:


  1. Observa tu respiración: Siente tu respiración sin juzgarla. Si te distraes toma nota, no te regañes, y vuelve lentamente a la respiración. 

  2. Encuentra tu postura: Existen muchísimas posturas en el yoga moderno, e infinidad de maneras de ajustarlas. Experimenta, y elige una postura que te resulte cómoda y desafiante al mismo tiempo. 

  3. Muévete con naturalidad: No fuerces lo que no es para ti el día de hoy, en especial con las posturas.

  4. Sé amable contigo: Si aparece incomodidad o dolor en la postura que elegiste, sal de ella, modifícala, o incluso déjala pasar.

  5. Practica con regularidad: La constancia te ayudará a desarrollar consciencia en las posturas, escucharte, y practicar sin violencia. 



Beneficios de Ahimsa en tu práctica de yoga:

  • Cultivo de la consciencia: Hace tiempo me enseñaban que hacer consciencia no es más que darnos cuenta de algo, y cómo pudiste ver con los consejos prácticos requieren de atención al cuerpo.  

  • Mayor bienestar físico y mental: Conforme adoptes este tipo de práctica consciente y respetuosa contigo podrás desarrollar un cuerpo más fuerte y flexible, y una mente más tranquila y calmada.

  • Mejora en la autoestima: Aprenderás de la aceptación y respeto propio.

  • Escucha consciente: ¿Qué necesitas? ¿Qué necesita tu cuerpo o mente? Con el tiempo serán preguntas cada vez más sencillas de responder.

  • Cultivo de la compasión: Desarrollarás una actitud más compasiva contigo, y por ende hacia los demás. 



“Hasta donde sea cómodo”

Si has tomado clase en Dhya (puedes ver más aquí) habrás escuchado esta frase una infinidad de veces, si vas empezando prepárate que la escucharás mucho. 


“Hasta donde sea cómodo” busca encerrar el conocimiento que Ahimsa nos regala, respetar los límites del cuerpo y la mente del día de hoy. Y para saber hasta dónde es cómodo será necesario desarrollar una práctica consciente y compasiva, sino nunca sabremos hasta dónde es eso. 


Esta visión a veces se contradice al “Yo quiero hacer esa postura loca que vi en Instagram” que muchos podemos buscar en algún momento de nuestro camino, pero nos recuerda justamente que nuestro camino es único y vale la pena recorrerlo desde la no violencia. 



Recuerda: No existe una única forma de practicar Ahimsa. Lo más importante es encontrar la manera que mejor te funcione y que te permita conectar con tu cuerpo y mente de una forma profunda y significativa.



¿Te animas a incorporar Ahimsa en tu próxima sesión de yoga? Experimenta la diferencia y descubre cómo este principio puede ayudarte a llevar una práctica no violenta, una práctica hasta donde sea cómodo que ascienda al siguiente nivel.



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