“Yo no hago yoga porque no soy flexible” Esta es de las excusas que más escuchamos entre quienes aún no se deciden a darle una oportunidad al yoga, pero ¿Está justificada la frase? En este artículo de blog te hablaré sobre cómo empezar en el yoga (sin abandonarlo al segundo día) y al final te diré si “los inflexibles” no deberían practicar yoga.
Diferentes personas, diferentes tipos de yoga.
Considero prudente empezar mencionando que gran parte del yoga que practicamos actualmente está enfocado en lo físico, de ahí que las redes sociales están llenas de posturas que parecen dignas de contorsionista. No obstante el principal objetivo de la práctica no es conseguir un cuerpo fuerte, estético o flexible, esto más bien viene como resultado de la constancia, el objetivo del yoga está más ligado al bienestar y equilibrio mental, físico y emocional.
Dicho lo anterior podemos abordar que la frase “para gustos, colores” también aplica al yoga. Existen muchas formas de practicarlo, nos podemos topar con nombres que van desde “Hatha Yoga” o “Yoga Restaurativo”, hasta ejemplos como “Plan de Yoga de X días para perder grasa”, y aunque no soy fanático de estos últimos… son una de las tantas formas que existen de acercarse al yoga. Lo importante aquí es reconocer que existen muchas, y muy variadas formas de yoga, los nombres suelen indicar diferencias de estilos, pero dentro de una misma categoría, como podría ser “Clases de Hatha Yoga”, podemos encontrar diferencias sutiles, ya sea por el lugar, por el horario, el tipo de grupo, y sobre todo cada maestro y maestra le dará su toque personal al yoga que comparte.
“Yoga para Principiantes”
Cuando comencé en el yoga nunca antes había tomado una clase similar, ni por error, incluso venía de una vida totalmente sedentaria. Mi primera aproximación fue en una clase multinivel, sin entender mucho de lo que estaba pasando, perdido, copiando lo que podía y pretendiendo que entendía…
Y seamos honestos, al inicio muchos nos sentimos así. Ahora incluso puedo verlo en quienes toman clase por primera vez, al inicio no sabemos ni cuál es nuestra pierna derecha, al día siguiente todo nos duele y juramos no regresar (aunque algo mágico nos invita a regresar).
¿Qué quiero decirte con lo anterior? Te invito a darle una oportunidad a las clases multinivel. Puede ser tentador al comienzo buscar “Clases de Yoga para Principiantes” para sentirnos seguros, pero justamente es el inicio, está bien en este punto sentirnos nuevos, perdidos, está bien no entender y aventurarnos, y esa es una gran oportunidad para aprender del yoga, de nosotros, aprender de los demás practicantes con todo tipo de experiencia previa.
A veces nos frena de optar por clases multinivel la idea de que debemos ser de cierta manera (que debemos poder alcanzarnos los pies, pararnos de manos o hasta levitar) para que no nos vayan a juzgar, pero ¿sabes qué? Nadie te juzgará por tocarte o no los pies, ni el maestro (este en el mejor de los casos te ayudará a entender tu proceso), aún más, cuando encuentras un ambiente amoroso donde practicar yoga el resto de compañeros estarán felices de acompañarte en tu proceso y brindarte algún apoyo.
Si al final las clases multinivel no son para ti, siempre habrá clases para principiantes en algún lugar, y estoy casi convencido de que estarán encantados de recibirte.
Cómo empezar.
Ahora que ya tienes un panorama básico permíteme compartirte un par de consejos para comenzar:
Experimenta: Como ya sabes, existen muchas formas de practicar yoga. Experimenta diferentes estilos, estudios, maestros, algunos te gustarán y otros no, pero así podrás decidir cuál es para ti y adecuarlos a tus diferentes etapas de vida.
Ve poco a poco: Sobre todo si como yo decides empezar sin haberte movido antes. Llévalo con calma, en el yoga no hay prisas. Puede que haya días que no tengas energías para practicar, que te sientas mal o simplemente no quieras… te animo a que esos días te permitas un descanso. Practicar yoga no debería volverse una obligación, dar el 200% en cada una de tus prácticas puede agotarte y alejarte del yoga, recuerda llevarlo con calma.
Siente: Depende dónde y con quién practiques le darán más o menos importancia a este punto, pero recuerda sentir tu cuerpo durante la práctica, pon tus límites y decide hasta dónde deseas llevar las posturas o los ejercicios día con día.
Disfruta: El yoga es un camino ¿A dónde? Hacia el bienestar y equilibrio, pero otro día hablaremos más de ello. Por más que el yoga tenga un rumbo marcado tú puedes definir a dónde quieres que se dirija tu práctica; recuerda disfrutar ese camino sin obsesionarte en la meta.
“Yo no practico por que no soy flexible”.
“Yo no practico yoga porque no soy flexible” nos habla de dos puntos:
Por un lado está que vemos a la práctica de yoga como algo meramente físico, y aunque esto por sí solo no es un problema (tal vez la persona en cuestión decide practicar yoga solo para bajar de peso), ver al yoga solo desde la perspectiva de actividad física nos impide, o dificulta mucho, acceder a todos los otros beneficios sutiles que nos ofrece la práctica.
Por otro lado esta mítica frase nos puede hablar de rigidez mental, o indisposición hacia la práctica, a lo que te digo está bien que no practiques si no quieres. Aunque debo confesar que creo que todos se pueden beneficiar de la práctica de yoga y hay un estilo adecuado para cada uno.
Y estoy seguro que esta clásica excusa seguirá presente entre nosotros aunque todo el mundo leyera este artículo.
Últimas palabras.
Deseo que encuentres el estilo, estudio y maestro adecuado para compartir y guiar tu práctica de yoga, que encuentres bienestar y equilibrio en el camino.
Y si decides que quieres comenzar a practicar yoga deseo que no te partas en dos.
Namasté.
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